¡Es el poder de la honestidad, turulatos!
Parecería que a los varones de la FUPU, el PLD y el PRD, la resaca del Covid los dejó más turulatos y perdidos que al resto de la gente.
Mire que poner al que le quitaron la visa a diligenciar ir a USA a informar que aquí hay una dictadura.
Poner de vocero al líder de un partido carcomido por un ataque incontrolable de chiquitolina, en medio de una competencia con un adversario super mayoritario.
¡Y convocar al país para enterarlo de que -en aras de fortalecer su unidad- ¡van divididos!
Tanta confusión explica que ni siguiera se hayan enterado por qué los tres candidatos opositores empezaron el torneo con menos mala puntuación y que según se acercan las elecciones su apoyo se ha reducido cada vez más.
En realidad los amigos que buscan ser rescatados ni siquiera se han enterado de que cuando el 13 de agosto del año pasado el presidente Luis Abinader informó al país que participaría en la competencia por la postulación presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, dijo que su aspiración se basaba con el poder de la honestidad.
Venía endosado por su airoso desempeño frente a la crisis sanitaria y todo tipo constreñimientos que provocó la pandemia.
Su liderazgo en la conducción de la reactivación del turismo y la economía, de llevar al país a mantener la estabilidad macroeconómica, recuperar los empleos, duplicar la asistencia social y hacer sacrificios fiscales para evitar los estragos de la alta inflación que afectó a otros países, no pasarían desapercibidos por el pueblo.
Pero ha sido el poder de la honestidad, afianzar el cambio en la transparencia y la honestidad administrativa lo que llevó a los ciudadanos a tomar las calles en las marchas verdes, y fue la motivación central del mensaje en video que dirigió al pueblo, afirmando que prefería sacrificar la tranquilidad de la vida privada para continuar haciendo avanzar al país hacia una administración pulcra.
En su conversación del lunes en La Semanal con la Prensa, el presidente Luis Abinader presentó logros tangibles y concretos que registra el gobierno en importantes instituciones públicas en materia de transparencia.
Al tiempo que el gobierno ha reducido consistentemente la maraña burocrática, de permisología, que ha endurecido las tasas de cumplimientos de la normativa en compras, reducido papeleos aduanales, en ventanillas únicas, auditorías, incorporación de instituciones al Sistema Integrado de Gestión Financiera.
Que ha agilizado las gestiones medio ambientales y de construcción, ampliado la tasa de respuestas a los reclamos de información pública, ha fortalecido la transparencia y apretado el cuello a la corrupción administrativa.
Todos esas informaciones, a las que el presidente Abinader le dedica horas y horas, imagino que a los “líderes” opositores y a sus bocinas les importan un carajo.
Pero el pueblo y los empresarios lo advierten en sus gestiones cotidianas y le permiten concretar la confirmación de cómo ha cobrado fuerza el poder de la honestidad.
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